Armando:
En un mundo de razas tan diversas, un humano lo tiene difícil para destacar un poco. Aun así, el porte del dueño del Café Lohrean es suficiente como para llamar la atención de sus parroquianos habituales. ¡Y es que a poca gente le queda tan bien un mandil y una corbata!
A finales de su treintena, su personalidad deja bastante claro que el barista ha vivido muchas aventuras y es capaz de responder con empatía y buenos consejos a los que acuden a él. A veces, sin que siquiera ellos lo sepan.
Aunque le gusta experimentar y probar cosas nuevas en la cocina, su favorito café solo.
El Café Lohrean:
Un pequeño local en el centro de Caelica. Sus muros han vivido cientos de historias y escuchado aún más. Celebraciones, malos tragos, forja de amistades, reencuentros… Todo entra mejor con un café caliente o una cerveza fría.
El mejor capuccino de la ciudad, comida deliciosa, un hilo musical de jazz lo-fi y un barista al que pedir consejo siempre y cuando lo necesites.