Minirreseña – ‘Like a Dragon: Ishin’

Like a Dragon: Ishin

Ryu Ga Gotoku Studio

PC, PS4, PS5, XBO, XBS

LANZAMIENTO: 22/02/2023

Allá por 2014, la saga ‘Like a Dragon’ se estrenó en PlayStation 4 con ‘Ryu Ga Gotoku: Ishin’, un spin-off que seguía la estela del que fue su título inaugural de la anterior consola ‘Ryu Ga Gotoku: Kenzan’. Ambos, como padrinos de una nueva generación de consolas (si bien ‘Ishin’ tuvo a bien disfrutar de una versión para la anterior generación), no solo pudieron convertirse en campos de pruebas para nuevas mecánicas que implementar en la saga y las últimas mejoras del motor gráfico, sino que suplieron la necesidad de ver la jugabilidad que tanto encandilaba en otros ambientes, en este caso, el periodo Edo. No obstante, ninguno de esos títulos logró salir de Japón. No hasta ‘Like a Dragon: Ishin!‘, un remake que llegaría a las estanterías de todo el mundo nueve años más tarde con un lavado de cara, un montón de mejoras y, por fin, traducción a nuestro idioma.

¿Ha estado a la altura de la espera o la idea ha envejecido demasiado en este tiempo? Sin duda, y por mucho que haya tenido un lavado de cara, no deja de ser un título hace casi una década de la franquicia y eso se nota tanto en su ritmo narrativo como en sus ideas lúdicas pero, tras un primer chapuzón, logré sumergirme en la atmósfera del Kioto decimonónico y de comenzar a disfrutar lo que un título tan único tenía que ofrecer. En lo que a lo jugable respecta, no deja de ser ese eslabón perdido entre ‘Yakuza 5’ y ‘Yakuza 0’, por lo que se ven ideas de ambos, aún intentando encontrar su destino. Por ejemplo, es el primer título que presenta la idea de los estilos de combate intercambiables y eso, a nivel de diseño, acaba notándose. También intenta hacer esfuerzos por hacer más ágil la gestión de las historias secundarias pero le falta un hervor. Por otro lado, presenta mecánicas bastante ajenas al núcleo de la franquicia, como la mejora de armas o estilos de combate más centrados en el control de la distancia como idea principal, como puede ser el de pistolero.

Aun así, la experiencia es todo lo agradable que puede serlo un juego de la saga y este lavado de cara ha tenido a bien limar muchas de las asperezas de su versión original, dejándonos con una historia que, si bien dista de la ambientación contemporánea, es capaz de presentarnos muchos de sus tropos e ideas narrativas en un contexto más histórico. Contexto que además es perfecto para añadir alguna que otra lección sobre la época a través de sus historias secundarias, por mucha licencia anacrónica que puedan tomarse en pro de la diversión.

De todos modos, es gracioso ver cómo personajes de la talla de Ryoma Sakamoto o los capitanes de Shinsengumi cuentan con las voces y rostros de personajes bienamados (o bastante odiados, por qué no) de la franquicia principal. El tira y afloja con el jugador que desconoce la historia para sugestionar a través de los roles que puede tener cada uno de los personajes en su título de origen y cómo se trasladan a esta historia paralela no hace sino aumentar el interés que acaba suscitando y sumar puntos, tanto por familiaridad como por llevarlo a cabo de una forma creíble y que (al menos desde la óptica de un extraño a los entresijos de la historia), parece encajar en lo que el título pretende contar de forma natural sin parecer un disfraz.

Like a Dragon: Ishin‘ no es el mejor título de la franquicia, pero sí que ofrece muchas de sus virtudes. Además, tiene el añadido de ser parte de una experiencia única (al menos, hasta que veamos una versión traducida de ‘Ryu Ga Gotoku: Kenzan’, ya me entendéis) que gana enteros para los fans de la franquicia y hace la experiencia más fresca al no tener un Kamurocho al que volver. Aunque se echa de menos.