Minirreseña – ‘Immortals: Fenyx Rising’

Immortals: Fenyx Rising

Ubisoft

PC, Nintendo Switch, PlayStation 4/5, Xbox One/Series

LANZAMIENTO: 03/12/2020

Desde su anuncio como ‘Gods and Monsters’ como colofón de una presentación de E3, este título de Ubisoft pudo captar mi atención. Venir de los responsables de la entrega de ‘Assassin’s Creed’ que me hizo recuperar el interés por la franquicia ya era suficiente motivo, pero su intento evidente por seguir al líder trazando sus propias ideas sobre el archiconocido ‘The Legend of Zelda: Breath of the Wild’ es lo que me convenció para seguir la pista al título que finalmente se denominaría ‘Immortals: Fenyx Rising‘.

Porque ni la presentación ni la premisa del juego ocultan lo que pretende ser: rescata a cuatro personajes que te potenciarán para enfrentarte al señor del mal con sus bendiciones mientras vas resolviendo puzles basados en las físicas y el combate. Y es que, aunque las similitudes sean notorias, la apuesta de la compañía francesa por la fórmula es lo suficientemente derivativa como para merecer la pena por mérito propio.

En primer lugar, por su historia y su mundo. Si bien a estas alturas de la vida la mitología griega no va a ser capaz de sorprender a nadie, el gusto (y en especial el humor) de su ejecución es lo suficientemente destacable como para explorar la Isla Áurea en busca de los nuevos chascarrillos de Prometeo y Zeus o simplemente para ver qué tiene que aportar el personaje de turno a la peculiar construcción de mundo. No obstante, se acaba echando de menos una mayor variedad de PNJ con los que hablar en el mundo. La excusa para su ausencia está ahí: han sido petrificados por el villano, pero no acaba de convencerme.

Al menos, el resto del juego es lo suficientemente solvente: la isla en la que tiene lugar está llena de misiones que cumplir, retos que superar un buen puñado de coleccionables que encontrar. Por suerte, la extensión del mundo abierto al que nos enfrentamos es lo suficientemente compacta para hacer de esa empresa una atractiva, mientras que las mejoras que podremos asociar a nuestro personaje son bastante generosas: aunque encontremos armas y armaduras adicionales, las subidas de nivel a estas serán compartidas, lo que hace que el grinding se reduzca a niveles totalmente tolerables para un jugador que únicamente quiere completar la historia con las herramientas que ofrece el título. Además, muchos de los puzles son resolubles con ingenio externo, abusando de formas inteligentes de las mecánicas de este, por lo que un jugador que se esté cansando del flujo lúdico puede trampearlo un poco a su favor.

Sin embargo, es complicado ignorar ciertos compases narrativos en los que la diversidad de posibilidades se agota: has de pasar por tal sitio de tal forma y eso es algo estrictamente requerido para avanzar en la historia. Menos mal que eso sabe confinarse al tutorial (donde cuenta con todo el sentido del mundo) y los últimos compases del juego, que se me acabaron antojando algo estirados en lo artificial.

Sea como fuere, este ‘Immortals: Fenyx Rising’ es ciertamente único. Único por su colorido y desempeño lleno de brillo en una Ubi que últimamente solo apuesta por el hiperrealismo, pero también único en la caterva de alternativas a las aventuras del hyliano más popular de la Historia. Una experiencia recomendada a tanto que quiera saciar la sed antes de ‘Tears of the Kingdom’ como al que busque una experiencia lo suficientemente distinta. Y una risa, eso siempre.