Microrreseñas #1

Mythic Quest (T3)

Tras dos temporadas capaces de dar en el blanco y un gran cliffhanger, ‘Mythic Quest‘ se toma un tiempo para cuestionarse su identidad en lo que es, a todas luces, un momento de transición. Si bien el humor es capaz de llegarnos como siempre, muchos de los personajes han perdido el camino y han de volver a encontrarlo.

Esta ha sido una temporada de respiro, si bien caótica. A pesar de contar con algunos capítulos capaces de tocar la fibra como ‘Sarian’ y momentos enternecedores entre los personajes, la sensación del avance de la trama es secundaria: aquí solo hablamos de desarrollo de cada uno de los protagonistas. Por desgracia, eso hace que el cómputo final sepa a poco, una mera introducción.

¿Habrá merecido la pena? Lo sabremos en la cuarta temporada, que ya había sido confirmada junto a esta.

Angry Video Game Nerd Adventures

Angry Video Game Nerd Adventures‘ es, en primera instancia, una celebración del personaje y su historia. Partiendo de esa premisa para reseñar el título, su ejecución es perfecta: cientos de referencias, un análisis de los tropos que el personaje de James Rolfe critica en sus vídeos, un festival de humor y una estética perfectamente cuidada para la ocasión.

Mas, ¿como juego? Diría que la ejecución es buena y que su planteamiento es lo suficientemente divertido… siempre y cuando te gusten los retos descompensados. Ojo, con esto no pretendo presentar una crítica: se trata de un diseño deliberado que busca apelar a un sector muy concreto y que frustrará por sus frustrantes mecánicas a algunos de los jugones más casuales. Por suerte, la nueva versión (la que acompaña en el mismo cartucho a su secuela) hace la experiencia algo más accesible para los que solo quieren disfrutar de todas las referencias y el humor del Nerd.

What were they thinking, indeed.

 

I'm the villainess, so I'm taming the final boss

Una de las pequeñas sorpresas de la pasada temporada de otoño en el mundo del manganime fue ‘I’m the villainess, so I’m taming the final boss’, una nueva apuesta en el género de ‘encerrada en un juego otome’ que tanto se ha popularizado estos últimos años.

Con un opening que juega bastante al despiste, esta obra es lo suficientemente autoconsciente como para deconstruir con éxito alguno de los tropos más extendidos del medio. A lo largo de sus diversos arcos es capaz de mostrar diversas facetas desde el punto de visto de una jugadora que, por mucha experiencia con la que cuente, ve cómo las cosas se escapan de su control a las primeras de cambio. Una silenciosa guerra intelectual y por la ventaja de ir un par de pasos por delante y, en ocasiones, una crítica poco velada a ciertas de las convenciones del género.

Por desgracia, su trama más propia queda desaprovechada: el final de la serie llega de forma precipitada. Sin cerrar los misterios más interesantes. Sin responder las preguntas más acuciantes.

Una pena: otra obra con potencial que no deja de quedar como una curiosidad efímera dentro del catálogo.

 

Dresden Files VII: Latidos Mortales

El mago más famoso (¡el único de la guía telefónica!) de Chicago vuelve en una séptima entrega que devuelve la narrativa a su mejor forma (tras un sexto tomo que no me acabó de calar) y vuelve a elaborar las partes más interesantes de su construcción de mundo y los combates más emocionantes. Es increíble cómo esta saga puede ser tan inconsistente, por muy creciente que sea la tendencia.

Tras los cambios al statu quo, la dinámica de la Casa Dresden ha cambiado. El propio Harry Dresden ha cambiado. Sí, sigue siendo un rato insoportable, pero al menos muestra unos pequeños visos de mejora. Al menos nos quedan sus siempre acertados chascarrillos. Los nuevos personajes en el foco también son un acierto: Waldo Butters por fin obtiene protagonismo y… Qué queréis que os diga: «¡la polka nunca morirá!» no era algo que esperara como grito de guerra, pero que me aspen si no lo recibo con ilusión.

Además, este libro es capaz de aunar muchos de los hilos argumentales que se habían lanzado anteriormente con mucho acierto. En cierto modo, abre una nueva etapa para el joven mago sin parecer uno de estos volúmenes de transición.

Y lo hace de la forma más bombástica posible.