Café Lohrean: Moradores de Covenant – ¡Ya a la venta!


Más oscuro que una noche sin luna. Más amargo y caliente que el infierno. El café.

Godot, ‘Ace Attorney: Trials and Tribulations’.
Capcom, 2004


Tras tanto tiempo, se me hace raro escribir las palabras «’Café Lohrean: Moradores de Covenant‘ ya está aquí», pero mirad: aquí estamos, intentando enjugarme una o dos lagrimillas antes de redactar esta entrada que tanto significa para mí. Porque sí: desde hoy, el libro está a la venta en formato digital. Un libro extremadamente especial para mí, uno de los que te cambian la vida. Porque no solo ha sido la idea que volvió a encender mi pasión por escribir ficción, sino que también ha tomado el rol de guía en etapas algo difíciles de mi vida y me ha hecho cruzarme con gente sin la que hoy sería incapaz de concebir mi día a día.

Sin esa pequeña chispa que me hizo decir «eh, debería volver a escribir», mi vida sería muy distinta de lo que lo es ahora. Y estoy convencido de que lo sería para peor. Así que, cuando miro el documento marcado como 20210422 en mi archivo de versiones, no puedo sino mirar al Javi que era en esos días y darle una palmada en la espalda, decirle que esas semanas de barajar ideas, estudiar las inspiraciones, crear un mundo, trazar unos personajes y, por fin, escribir un piloto habían sido la mejor idea que había tenido en muchos años.

Tras una mudanza y un buen puñado de cambios en mi vida, la última de las versiones de esa carpeta está titulada 20210822-3-first-draft. Sí, ese día escribí los tres últimos capítulos de ‘Moradores de Covenant’ (de hecho, en esos diez días de vacaciones escribí todo lo que en la versión actual compondría el último cuarto del libro) y envié lo que se podía llamar la primera versión final a las dos personas que me acompañaron en este viaje desde el primer capítulo. Por fin había contado la historia que tenía en mi mente…

¡Y aún quedaba más de un año para el día de hoy!

¿Dónde podéis encontrarlo?

Pero si habéis llegado hasta aquí es porque queréis leer el libro, así que dejadme daros la información necesaria: tras valorar todas las opciones posibles, decidí que Kindle Direct Publishing, el servicio de Amazon, era la mejor opción para haceros llegar mi obra.

Por ahora, está disponible en formato digital, tanto como compra directa (¡a unos jugosos 2,69€!) como parte del catálogo de Kindle Unlimited. Pero, si lo prefieres en papel, hay una versión en marcha. ¡Detalles, pronto!

 

¡Gracias!

Ahora que ya os he vendido mis productos, toca el principal motivo por el que estoy escribiendo esta entrada: agradecer a todo el mundo que me ha ayudado en este camino. Crear una novela desde cero es un trabajo titánico. No solo por la escritura, que también. Sino por la carga mental y emocional que me supuso reencontrarme con una creatividad que había dado por perdida años ha. Por todo el trabajo previo, el que tenía que hacer mientras escribía y el que me tocó hacer después. Por todo lo que tuve que aprender a hacer, todo lo que me tocó interiorizar, todo lo que hay que gestionar. Aunque me haya hecho cargo de muchas de las facetas del trabajo (y aprovecho para disculparme si en algunas no he podido alcanzar el nivel que la historia merece), no podría haberlo hecho sin la ayuda de vosotros.

  • En primer lugar, a Espe. Para quien no la conozca, es mi pareja desde hace más de diez años. Una persona que ha tenido que convivir el día al día de la creación de esta novela, con sus más, sus menos y los vaivenes emocionales. Pero jamás olvidaré cuánto se alegró al darle la noticia de que, tras todo este tiempo, estaba volviendo a crear. Ha leído todas las versiones de todos los capítulos más veces de lo que una persona que no fuera yo debería haber hecho y, después, le ha dado un último par de vueltas para asegurarse de que no se me colaran erratas o frases que no cuadraban tras haber hecho la última tanda de cambios. No me la merezco.
  • También ha estado ahí desde el principio mi buen amigo Malfuin (a quien quizá conozcáis como J.M. Mosquera, autor de ‘Enebro Sávat Investigaciones: Hápax Lunae’, que también saldrá pronto y merece, cuanto menos, mi más sincera recomendación). Él también ha estado al pie del cañón leyendo mi historia capítulo a capítulo y quejándose de mi sobreabundancia de comas, redundancias accidentales y momentos estúpidos. Ha sido un placer poder volver a enviarte algo así tras tantísimo tiempo sin salir de los análisis y artículos sobre la futilidad de las masillas en los juegos de rol. Pero oye, he vuelto.
  • A Mati (Shutwig), que se ha superado con esta portada tan increíble que le he encargado para la novela. Pero no solo eso: también es el artífice de las dos ilustraciones que me han vigilado desde la pared y me han recordado que estos personajes están ahí. Que ya se han escapado de mi mente y están ahí, en mi pared, cuidando de mí. También me gustaría extender este agradecimiento a todos los artistas que han colaborado a ese sentimiento. Juan, Alba, Paula. Esto va por vosotros. De verdad, gracias.
  • Al resto de betas. Sin vuestras opiniones, no habría podido hacer los últimos ajustes ni afrontar los pasos finales de la corrección de contenido para hacer de la historia una experiencia más redonda. Dani, Max, Fer, Elena: todas mis gracias por vuestros comentarios. Manu, aunque no tuvieras tiempo para acabarlo, tu feedback fue más que instrumental en reafrontar los primeros compases. Aimee, sigo más que sorprendido por tu paciencia y por ser capaz de enfrentarte a una traducción automática solo por disfrutar de la historia.
  • A la gente de la comunidad literaria de tuiter, por aceptarme con los brazos tan abiertos y enseñarme que hay mil formas de afrontar la literatura. Que, con esfuerzo, se puede salir adelante por uno mismo y darme un montón de anotaciones para hacer un mejor trabajo. Sois muchísimos los que he conocido en unos pocos meses como para listaros a todos, pero si hemos hablado sobre libros y crear mundos en tuiter, ¡acepta mi agradecimiento!
  • Por último, y no por ello menos importante: a mi familia. Sé que no compartís esta afición conmigo, pero cada vez que me habéis preguntado cómo me va o mostrado curiosidad por las ilustraciones que habéis visto, me habéis mejorado el día. Espero que disfruteis del libro, porque también habría sido imposible sin vosotros.

 

¿Y ahora qué?

¿Creíais que, por haber salido a la venta, ya estaba todo el pescado vendido? ¡No! Ya estamos trabajando en la versión física, de la que espero poderos dar detalles pronto. Pero, anuncios aparte, aún queda mucho trabajo por hacer. La promoción es un trabajo incesante (que, de veras, no está pagado) que voy a tener que mantener durante un tiempo. El listado de curiosidades (que también traeré al blog en un futuro para resguardarlo de la volatidiad social) ha estado bien, pero hay que darle un nuevo enfoque a esta fase, ¿no creéis?

Ya me conocéis: me encanta escribir en el blog, darle una vuelta también a la no ficción. Hablar de tropos. De inspiraciones. De ideas. De proceso creativo. Y por eso he decidido emular uno de mis lenguajes comunicativos favoritos (el del videojuego) y anunciar una serie de artículos a modo de postmórtem para el libro. Para quien no esté muy familiarizado con el término, un postmórtem es un análisis tras el lanzamiento de una obra artística (o técnica) que estudia cómo han ido las cosas durante su creación, ayudan a sedimentar el futuro y pueden servir como lección para otros compañeros del gremio. O si no, al menos, sirven para arrojar luz a los curiosos. Será un experimento interesante que espero que os guste, ¡pero no será el único! Tengo más cosas en mente para que sigamos pensando en el mundo de ‘Moradores’ durante un tiempo.

Hay ‘Café Lohrean’ para rato.

 

Unas últimas palabras…

Como podréis inferir, ha habido una omisión flagrante en la lista de agradecimientos. Me ha faltado por dar las gracias a todas las personas dispuestas a dar una oportunidad a mi obra. No es casual que deje esas «gracias» para esta última sección, no. Todos los nombres a los que agradecía en el listado anterior no eran sino las personas que me han ayudado a llegar aquí.

Pero aun queda camino, y es ahí donde os celebro. Gracias por vuestra confianza. Gracias por disfrutar del mundo en el que he creado. Gracias por pasar las páginas, teorizando qué habrá después. Gracias por encariñaros con los personajes. Gracias por el shippeo. Gracias por contarnos qué recuerdos os evoca tal escena. Gracias por hablar del libro. Gracias por las reseñas. Gracias por los comentarios. Gracias por la ilusión. Gracias por las preguntas que, sin duda, os responderé. 

Gracias. Al fin y al cabo, un escritor se debe a sus lectores, a compartir sus historias. Y no puedo sino comprometerme a devolveros todo ese aprecio con mi cercanía y mi cariño.