
Unravel
Coldwood Interactive
PlayStation 4, Xbox One, PC
LANZAMIENTO: 09/02/2016
Esta época previa a la E3 —sin una feria por delante debido a la situación actual— me hace rememorar eventos pasados. Quién hubiera dicho que ya hace casi cinco años de la conferencia de prensa de Electronic Arts previa a la E3 2015 en la que un tembloroso Martin Sahlin ascendería al plano memético como el tembloroso hombre de lana en el anuncio de Unravel. Acostumbrados a unas presentaciones llenas de licencias deportivas y juegos de disparos, ver algo tan pequeño y familiar era, como poco, sorprendente.
En ella, un nervioso Sahlin, muñeco de lana en mano, nos presentaba un pequeño proyecto de puzles y plataformas que, como poco, destacaría entre el resto de anuncios por su frescura. El despliegue técnico que nos mostraban en el streaming era llamativo: si bien los entornos se planteaban de forma bidimensional, los modelados, texturas e iluminación hablaban por sí mismos: el juego parecía precioso y relajante a primera vista. Por otra parte, la banda sonora era capaz de acompañar a la perfección y de prometer que las piezas musicales serían un perfecto acompañamiento.
La demostración jugable también presentaba ideas inteligentes: Yarny, nuestro protagonista, está hecho de lana y en todo momento va conectado a un hilo rojo que nos permitiría resolver los puzles de creativas formas haciendo uso de las propiedades físicas del material. ¿Engancharte cual hombre araña lanzando un cabo? ¿Atarte a un clavo y descender en rapel? ¿Emplearlo para un trampolín o en una polea? Casi cualquier idea es buena siempre y cuando no acabaras hecho un lío con tanto hilo por aquí y por allá y te quedases sin material vital.
Tras poder probar la versión completa del juego recientemente pude ver cómo esas ideas se desarrollaban de inteligentes formas a lo largo de aproximadamente una docena de niveles con nuevas mecánicas, ideas y entornos con los que interactuar. Y es que, salvo errores muy puntuales —y alguna que otra queja que pueda tener del comportamiento físico del agua y alguna colisión—, el título demostraba no sólo ser precioso en la estética sino sólido en su jugabilidad.
A lo largo de estos niveles, veremos a un adorable Yarny reaccionar de las formas más adorables posibles a los niveles que le rodean. Tiritando de miedo, con preocupación o simplemente alegre, un muñeco sin mucho detalle es capaz de hacernos sentir emociones sólo con el lenguaje corporal de la lana antropomórfica. Y es que este título cree mucho en el “muestra, no nos cuentes”, ya que el único texto que encontraremos en el juego son breves fragmentos de prosa describiendo sensaciones asociadas a los niveles. Toda la narrativa se mostrará parte del escenario y los recuerdos que nuestro protagonista va recopilando.
En este apartado no arruinaré ninguna sorpresa: merece la pena interpretar los acontecimientos con el corazón al vivirlos. Pero sí que puedo adelantar que cualquier persona emotiva sí que verá cómo afloran sentimientos al ir poniendo sobre la mesa las piezas que componen el título.
Unravel es uno de estos juegos en los que el verdadero protagonismo es el del corazón del título. Si dejas que su hilo rojo conecte contigo, tendrás una grata experiencia. Preciosa, emotiva y sin ningún tipo de alarde adicional. Como a veces tienen que ser las cosas.