Creo que a estas alturas es imposible ocultar que un servidor es un verdadero fan de la franquicia Digimon. Y cuando Bandai Namco anunció que localizaría a occidente Digimon Story: Cyber Sleuth, el título de PS Vita (que además adaptó para PlayStation 4 en su edición occidental), fue una gran noticia para mí, si no tan buena para los tímpanos del resto de presentes.
Huelga decir que tan sólo el hecho de que este juego nos llegase, si bien en inglés y la mitad de los territorios no hayan visto su edición física, es una muy grata noticia para los fans de los monstruos digitales. Más de diez años ha que Europa veía un título rolero de la franquicia (Digimon World 4 en 2005), mientras que Estados Unidos tuvo suerte sólo unos años más (Digimon World Championship, 2008). Sin duda, la espera ha sido larga. ¿Pero ha merecido la pena?
Y mi respuesta inmediata es un “vaya que sí”, como decía el ninja butanero. Y seré honesto desde el tercer párrafo: me ha encantado el viaje. Pero no nos saltemos el resto del análisis abalanzándonos a la tienda porque os haya dicho que hablamos de un gran juego, ya que hay que trazas los matices y hacerte unas preguntas para saber si Cyber Sleuth es para ti.
Probablemente lo primero que tengas que saber sobre el título es que es una carta de amor al fan de la serie. Referencias por doquier, tus monstruos favoritos (¡incluso rescatan algún que otro actor de doblaje de Adventure!), regresos de personajes que, si bien no han salido de Japón, los fans reconoceremos, alguno de esos detalles que sólo reconocerá el más avezado y nos hará señalar la pantalla con una sonrisilla cómplice… Sí señor, esto es Digimon más allá del Agumon de turno, algo que siempre es un temor habiendo visto cosas como All-Star Battle.
Pero por otro lado, también es una prueba de que a pesar de ser fiel a sus raíces, sabe evolucionar y adaptarse como sus monstruos titulares. Cyber Sleuth admite de buen grado que la saga ha pasado a adaptarse en un nicho en el que sabe defenderse más que bien. Con una estética e historia más adultas, el juego sabe qué se hace, capaz de rivalizar en ciertos puntos con títulos de la tónica de Shin Megami Tensei, con algunos símiles que veremos de forma inmediata y otros tantos que prefiero no adelantar, ya que toman lugar a mitad de la historia.
De hecho, es probable que no sea el primer análisis que traza las comparaciones con la franquicia estrella de Atlus (máxime cuando el diseñador de los personajes humanos ya trabajó en Devil Survivor), pero si hay un título que me venga a la mente viendo éste, no es otro que Persona 4. Una buena infusión de cultura nipona, un centro comercial como base de operaciones y, ¡demonios, nuestro punto de acceso más frecuente a Internet será un televisor lo suficientemente grande!
Internet cuya presentación, por cierto, tomará la forma de la Red de Redes en Summer Wars (que sí, quizá sea una secuela espiritual de Our War Game, la segunda OVA de Digimon Adventure, pero no puedo dejar de pensar que la estética se acerca aún más al otro filme), incluso imitando el estilo de animación en ciertos lugares del juego, con los colores algo más planos de lo normal pero con contornos de colores brillantes.
Algo que aplaudir de este título es la historia, que si bien puede ver su ritmo ralentizado con simpático relleno (que sí, nos va a arrancar unas carcajadas, pero si eres avispado podrás ver que es una calma antes de las verdaderas tormentas, que serán muchas y devastadoras), sabe defenderse de una forma impecable. Al menos, la narrativa principal, ya que las misiones secundarias, si bien agradables en conclusiones, tienden a seguir una estructura cuadriculada de “premisa – busca al culpable en una mazmorra – véncele” que si no eres excesivamente fan puede no divertirte tanto como a mí, pero que arrancarán más de una carcajada al ver que un Etemon quiere ser estrella del rock o un Tentomon se dedica a modificar los artículos de la Digipedia con expresiones propias del área de Kansai.
Pero, al fin y al cabo, nos envuelve en una historia de misterio en la que tendremos que actuar como ayudantes de detective gracias a nuestra habilidad de realizar saltos a través de las redes telemáticas causada por un incidente con una criatura misteriosa. Gracias a ese poder y al apoyo de nuestros Digimon, podremos ser unos poderosos hackers que se dedican a resolver misterios dignos del mismísimo Scooby Doo. Los personajes son suficientes y variados y, si bien no excesivamente profundos inicialmente, empiezan a ganar algo de carisma y sentido de ser, algo que podíamos echar de menos en anteriores entregas jugables de la franquicia.
En lo jugable no encontramos otra cosa que una mezcla agridulce. Sí, solventa la mayoría de errores que nos traían las anteriores entregas de Digimon Story: los monstruos ahora se ven en su plena gloria (con unos maravillosos modelados en 3D), abandonando el combate en primera persona que quita parte de la gracia a coleccionar monstruos. Sí, elimina muchas de las mecánicas que hacían pesados a títulos anteriores y simplifica algunas que se excedían en ese aspecto, como la diversidad de tipos de experiencia que complicaban un ya de por sí tedioso entrenamiento para hacerte con las formas superiores más poderosas. También canaliza un poco el mazmorreo, movimiento y misiones, evitando que des tantísimas vueltas (ay, ese Digimon World 2003 y sus infinitos “recórrete el mapa de una a otra punta”). Y por fin hace que el atributo de los digimon sea más que un mero accesorio, haciendo que el juego de piedra-papel-tijera tradicional se premie con unos buenos bonus de daño.
Pero se lleva algunas ideas muy buenas por delante, como puede ser la excesiva simplificación de la DigiGranja (pensad en la guardería de los títulos de Pokémon, pero hipervitaminada) respecto a las entregas de DS, el tener tan sólo tres posiciones en el campo (frente a las estratégicas cinco casillas en las que repartir tres monstruos) o la desaparición de la vasta variedad de ataques con la que contaban las entregas anteriores, limitándose tan sólo a una estructura predecible pero sorprendentemente efectiva y a un ataque único para cada uno de los más de 250 monstruos (salvo los bebés, que comparten Burbuja) con sus animaciones.
Sorprendentemente, esto no evita que se haya desarrollado un metagame a la altura del de Pokémon. Leyendo este artículo (y perdonadme por irrumpir vuestra lectura de un análisis más largo de lo que acostumbro a escribir con esto, pero es un maravilloso material de referencia si quieres aprender más sobre la profundidad del título), está claro que sabe autoequilibrarse con algunas decisiones de diseño más que sabias. Quizá no llegue al punto de popularidad ni será tan memorable como la saga del ratón eléctrico pero tiene un gran trabajo detrás que hace que como mínimo, me interese por él.
Eso sí, preparar a tu dream team de hasta once criaturas (con límites en función de las unidades de memoria que ocupen), asignar sus estadísticas extra, hacer que consigan la mejor combinación de ataques y averiguar qué rol encaja mejor con la sinergía de tu grupo es un gran trabajo que tomará muchísimo tiempo. Por suerte, los desarrolladores han hecho sus deberes poniendo bastantes facilidades para ello en la forma de bonus de experiencia y alimentos especiales para la granja que podrás adquirir conforme te acerques al final del juego.
En el apartado técnico os puedo dar una buena noticia o una mala. ¿Vas a por la versión de Vita? Celébralo, que pinta de rechupete. Unos modelados muy trabajados, personajes bien diseñados, escenarios chulos (aunque he de admitir que las mazmorras tienden a ser escasas y repetitivas)… Genial. Si tu plataforma es PlayStation4, se nota de dónde venimos. Técnicamente es un juego de PlayStation Vita en su diseño y algunas texturas hacen que los píxeles te salten a la cara, pero por lo general el lavado de cara es más que satisfactorio (especialmente en lo que a los personajes y monstruos respecta), pero las limitaciones técnicas de la hermana pequeña están ahí: NPC que se repiten, conversaciones con portraits, espacios sin excesivo detalle… Soy consciente de que es algo que puede tirar hacia atrás a muchos compradores en PlayStation 4, pero eso no hace que vayamos a sangrar por los ojos al ver un póster pixelado en el fondo de una tienda.
La siguiente ración de “una de cal y una de arena” se basa en la traducción. El trabajo de adaptación cultural ha sido magnífico, y la localización (recordamos, eso sí, que al inglés) es probablemente una de las mejores que ha visto la franquicia. Por desgracia, sigue teniendo sus bichos. De los que duelen. Si tienes la idea de llevar al pesonaje femenino, la mayoría de conversaciones del título ignorarán ese hecho, por ejemplo. ¿Sabíais que bakemono significa monstruo en japonés? Pues parece que los traductores pensaban que se refería al digimon Bakemon, ése que parece un fantasma. Pero que esas dos manchas no quemen vuestra experiencia, puesto que nos ayuda a empaparnos de cultura nipona en los lugares más emblemáticos de Tokio sin que nos obligue a comernos nuestras hamburguesas.
Otro punto flojo, a mi parecer, es parte de la banda sonora del título, o incluso de su ausencia en ciertas partes del mundo real. Algo por debajo del nivel general del título, lo que es una pena y hace que nos olvidemos de alguna de las canciones que sí que pueden ser memorables en el título, como el tema de batalla contra los Caballeros Reales.
En resumen, si te gusta Digimon, hazte con el título sin pensártelo dos veces. Si no eres fan pero guardas un poco de nostalgia por Tai y sus amigos, pregúntate si dar un paso hacia lo evolucionado, y lo dark and edgy es lo que salvaría la saga para ti. Yo, por mi parte, agradezco a Bandai Namco esta nueva oportunidad a una franquicia que ya habíamos dado por perdida.