El anuncio de Code Name: S.T.E.A.M. fue uno de los más raros de los que tengo el lujo de recordar. Una mesa redonda a puerta cerrada durante el E3 del año 2014. Mucho misterio y poca información que escapaba de los teléfonos móviles de algunos de los periodistas presentes.
Juego de estrategia. Intelligent Systems. Perfecto, ahí ya me lo habían vendido. Probablemente Intelligent Systems sea una de mis desarrolladoras de juegos de estrategia favoritas, y la saga Nintendo Wars (al menos, todos los que no son Batallion) son una perfecta muestra de ello. Steampunk. Cómic americano. Puntos extra por situarse en algo que no muchos juegos nipones se atreven a tocar. Abe Lincoln liderando un ejército de personajes literarios contra una amenaza estraterrestre en un juego de estrategia con disparos en tercera persona.
Mi cartera se cayó al suelo, con vida propia.
No tardaron en llegar los primeros vistazos al título y las opiniones no pudieron ser más dispares. El estilo gráfico del juego, si bien resultón y alejado del típico bishonen al que nos acostumbra la saga de novelas visuales envueltas en rpg estratégico Fire Emblem ya tiró a muchos para atrás. Otros tantos se quejaban, comprensiblemente, de que la elección artística no estuviera a la altura de las capacidades de la consola. Un fallo que, a pesar de estar ahí, se reduce significativamente una vez entramos en la dinámica del juego.
Un juego que cumplía con todo lo que prometía, y prueba de ello era este tráiler que se sacó de la manga la compañía de Kyoto, que ya en su día me hizo aplaudir con las orejas.
Conceptualmente, un acierto. Alejarse de los cánones del desarrollo japonés y traer personajes como Henry Fleming (El rojo emblema del valor), León (Mago de Oz), Queequeg (Moby Dick) o una versión femenina de El Zorro, de la serie de novelas homónima, era algo que no podía esperar de una subisdiaria de la compañia de Kyoto.
Y ahí lo teníamos. Con una brutalísima banda sonora compuesta por Yoshito Sekigawa, el genio detrás de las bandas sonoras de los cuatro Advance Wars (algo que se nota en muchas de las piezas) todo anima a empezar un título que, en su vertiente jugable, es mucho más sólido de lo que se podía intuir en un principio. Uniendo la estrategia de movimiento por casillas, varios niveles de altura, coberturas, elementos para recoger como más vapor o salud, tanques, torretas, una buena selección de sub-armas y hasta una docena de personajes que podremos desplegar en un grupo de cuatro agentes, cada uno con sus armas y habilidades exclusivas, se pueden hacer grandes cosas. También ayuda que las misiones no se resuman en un “llega al final” o “destruye a todos los enemigos” que son su mayoría, sino que de vez en cuando encontremos luchas de mechas gigantes, rescates o misiones de supervivencia.
Nuestro recurso principal será el vapor, algo muy propio de la temática del título. Lo podremos usar para desplazarnos o hacer uso de nuestras armas, y su recarga dependerá del tipo de caldera que llevemos equipada en el personaje. A veces nos interesará consumirlo todo, mientras que en otras ocasiones preferiremos guardar un poco, ya sea para tener un turno más largo la siguiente ocasión o para mantenernos en guardia y atestar un tiro al alienígena que nos quiera pasar por delante durante su turno.
Y necesitarás hacerlo, puesto que la inteligencia artificial del juego nos lleva a ponernos contra las cuerdas hasta un punto en el que queramos tirar nuestra portátil por la ventana. No nos engañemos, el juego es duro pero totalmente superable con un poco de estrategia y maña. Pero por si no fuera poco el tenernos usando nuestros cinco sentidos, los desarrolladores han decidido añadir más leña al fuego mediante la inclusión de tres coleccionables por nivel (que a veces te condicionarán un poco más de la cuenta, haciendo más difícil la misión) y modificadores como un modo difícil u otro en el que deshacer nuestros movimientos no nos restaurarán unidades de vapor.
Adicionalmente cuenta con un modo multijugador del que podremos extraer muchísimo jugo si encontramos a alguien contra quien enfrentarnos, así como torneos en línea propuestos por la propia Nintendo, lo que alarga la vida útil del cartucho si las veinte horas de la campaña principal te saben a poco.
Pero no es oro todo lo que reluce, y si Code Name S.T.E.A.M. tiene un fallo es que a veces puede parecer injusto en su dificultad, ya que la ya mencionada IA se une a veces con ciertas aleatoriedades que pueden ser frustrantes para el jugador. Además, los turnos enemigos tienden a durar más de lo que deberían, ya que no puedes ver más que lo que ven tus agentes y sólo oyes cómo los alienígenas se desplazan, algo que, si bien apoya la atmósfera del título, termina por cansar rápido. Por suerte, Intelligent Systems fue ágil en distribuir un parche que duplica (o, en caso de una New 3DS, triplica) la velocidad de dichos turnos, aliviando un poco la molestia que pueda causar.
No entraré en temas como la historia y los personajes ya que son exactamente lo que esperarías de la premisa que ya he detallado y narrar algo más de la cuenta probablemente destruiría las pocas sorpresas que esconde el título. Sólo diré que hay muchas hablas retratadas a la perfección que en más de una ocasión nos arrancarán una carcajada. ¡Y perfectamente localizadas al castellano!
Por ende, no puedo concluir en otra cosa que en un “Code Name S.T.E.A.M. es lo que nos vendieron en su anuncio. Y eso es maravilloso”. Un título que tienes que tener en cuenta si eres fan del género y de la compañía y probablemente su mejor título desde el poco laureado Advance Wars: Dark Conflict.