Lo admito abiertamente, soy un gran fanático de la ciencia ficción. Regreso al Futuro, Doctor Who, El Ministerio del Tiempo… Todos comparten algo que han hecho arder, desde muy pequeño, la imaginación y creatividad, y Steins;Gate no es una excepción. Desde que vi la adaptación anime allá por 2011, sabía que me encontraba ante una historia muy especial, de esas que prácticamente sientes que han escrito para ti o, en este caso, que incluso podrías haber escrito tú.
Badland Games (PQube en el resto de Europa) nos da la oportunidad de disfrutar en PlayStation 3 y PS Vita de la novela visual homónima, el producto original en el que se basa la serie de animación, algo que para mi, como fan, es todo un regalo. ¡Ay, menudas ganas de volver a Akihabara a revivir esa historia que tanto me encandiló!
Así que le di caña a mi PlayStation 3 para quedarme, de nuevo, embobado con la intro del juego. Y ya desde aquí se intuyen las dos mejores virtudes del título. En primer lugar, el maravilloso mundillo del timey-wimey, que tan buenas historias ha parido y que tanto me ha marcado tanto como consumidor como autor, aunque ya entraremos a hablar largo y tendido de la historia.
En segunda instancia, y algo que puede llegar a resultar crítico en un título de las características de una novela visual, es el cuidadísimo apartado gráfico, con detallados y variados diseños de personajes y entornos en los que nuestra historia tendrá lugar. Sólo hay que ver una o dos de las ilustraciones que acompañan este análisis para darse cuenta de que Steins;Gate es, ante todo, un juego precioso. Y quizá haya que indagar un poco más entre vídeos y similares, pero ya os adelanto que la banda sonora también está a la altura.
Si hablamos de una novela, sea visual o se limite a tinta sobre el papel, lo más importante para evaluarla es su historia. Y detallarla sin caer en el spoiler es una gesta de las que no todos pueden salir impunes. No obstante, y por el bien del lector y el jugo del artículo, tendré que atreverme:
Encarnamos a Okabe Rintaro, un científico loco (y, ay, la de risas que nos va a dar esa faceta del protagonista) que trabaja (y con trabajar, hablamos de perder el tiempo en las vacaciones de verano universitarias, claro está) en un laboratorio en el que dedica a diseñar los Artilugios del Futuro. Junto a él estarán Daru Hashida, un pervertido super hacker que recae en la mitad de los estereotipos del japanófilo de a pie y Mayuri Shiina, una simpática chica cuyo cometido en la vida recae en rodearse de cosas monas, hacer cosplays y trabajar a tiempo parcial en un maid café.
Muchos otros personajes se unen al elenco durante la historia, todos tan llamativos como variados (podemos destacar, entre todas las cosas, el dueño de una tienda que se dedica exclusivamente a televisiones CRT), pero ninguno tan crítico como Kurisu Makise, una científica prodigio cuya muerte será el detonante de nuestra historia. ¿Muerte? Un mensaje de texto lo cambió todo.
algui
en apuñaló
a Makise
Todo apunta a estar relacionado con uno de los Artilugios del Futuro, un microondas por control remoto.
Y de ahí, todo hacia arriba. Rememorando la famosa historia (real) de John Titor, las conspiraciones, viajes en el tiempo y líneas temporales se pueden volver cada vez más retorcidas y, al mismo tiempo, brillantes, con una narrativa que no decepciona en ningún momento (si bien en la novela visual algunos de los misterios son más obvios que en la adaptación posterior al anime), tratando con el mayor de los cuidados temas tan espinosos (y, a su vez cruciales), como los viajes en el tiempo, el efecto mariposa y las consecuencias, tanto físicas como psicológicas de tratar de alterar el orden establecido. Pero, claro está, sin dejar de lado la cotidianidad, el humor, y si te esfuerzas lo suficiente, el romance.
Visitaremos varios lugares de Akihabara, hackearemos peligrosas organizaciones e incluso veremos cómo nuestro protagonista debate en una simpática copia de Futaba Channel (el tablón que inspiró la creación de 4chan) con el presunto viajero del tiempo.
En resumen, y si no os he convencido ya con la temática y mi incesante babeo, Steins;Gate es una de esas joyas que por suerte acaban llegándonos a nuestras tierras, si bien en inglés. ¿Me hacéis buscarle algún defecto? Os daré dos, para que no me digáis que no os advertí.
En primer lugar, que en ocasiones recaiga en cierto fanservice innecesario (aunque, por suerte, que no está demasiado presente), algo que en mi opinión puede terminar por restar fuerza al producto, que ya se sostenía por sí solo ante los fans de la cultura del sol naciente.
En segundo, que si no eres tan aficionado de la ciencia como un servidor, tanto agujero de gusano, singularidad y otros términos acaben resultándote molestos. Por suerte, tendrás un glosario siempre a mano para ayudarte con ello, pero es totalmente comprensible que a alguien no le guste tanta ciencia entre las referencias a JoJo’s Bizarre Adventure y Regreso al Futuro. A mí me encantan.
Cierro mis palabras instándoos, de nuevo, a disfrutar de la obra. Si consideras que se te puede hacer pesada por uno u otro motivo, al menos recomiendo un vistazo al anime, más ligero en la ciencia que en la ficción, pero igual de capaz de enamorarte de la historia.