Si Marth debutó en Smash Bros, lo mismo ha terminado ocurriendo con Ace, Rem y Machina de Final Fantasy: Type-0 para PSP, que han visto su primera aparición formal fuera del país del sol naciente en el juego rítmico de la compañía Theathrhythm Final Fantasy: Curtain Call.
Tras un cambio de nombre (originalmente Agito XIII) y de plataforma (el plan original era una edición para teléfonos móviles), el título que nos ocupa acabó en las tiendas niponas el 27 de octubre de 2011, con una versión en HD programada para sobremesas de nueva generación el 20 de marzo de este mismo año. Por eso mismo es un gran momento para revisitar el original y analizarlo de cara a los indecisos.
Comenzaremos hablando sobre la historia del juego, que nos traerá recuerdos (buenos o malos a discreción del lector) de la mitología de Final Fantasy XIII y sus secuelas. Eso se debe a formar parte de la Fabula Nova Crystallis, universo en el que también se encontrará la decimoquinta entrega y en el que términos como lu’Cie, Eidolón o cristalización verán su hogar.
Aunque la premisa, una guerra territorial entre las cuatro naciones de Orience, sea poco inspirada, el enfoque bélico que obtiene el título no se ve de forma común en un juego de la franquicia, tomando alguna que otra nota de la octava fantasía de la entonces Squaresoft y su academia militar, donde haremos nuestra vida diaria, asistiremos a clases (¡en serio, de hecho el grupo de protagonistas es llamado la Clase Cero!) y nos enviarán a llevar a cabo distintas encomiendas.
Porque si hay algo que caracteriza la narrativa es su planteamiento a través de misiones. El conflicto se desenvolverá poco a poco a través de escaramuzas militares mientras que ahondaremos en las relaciones personales durante nuestro tiempo libre, haciendo un tándem bastante apropiado a la hora de contarnos la historia. Desgraciadamente, el juego no nos da de frente toda la información que debería, cayendo en uno de los fallos que se le achaca últimamente a la franquicia: un códice que resulta apasionante de leer pero sin el cual puedes perderte demasiado fácilmente. Por otro lado, también peca de requerirnos al menos dos partidas para contarnos la historia completa, lo que puede ser molesto para algunos jugadores.
El hecho de que contemos con catorce personajes controlables también es un punto de ruptura, tanto a nivel narrativo como al jugable, ya que tendremos un foco extremadamente dividido entre ellos en ambos sentidos, si bien la historia va marcando unos “protagonistas designados” de forma natural. Aun así, el juego te impulsa a usar equipos variados, ya que la experiencia no será compartida e interesará que no se quede ningún rezagado en la Clase Cero.
Por lo demás, nos encontramos ante una jugabilidad sólida y divertida, con un equipo de tres alumnos (y el resto de reservas), con cuatro acciones principales (el arma, una habilidad defensiva y dos ofensivas que podrás repartir entre magias y habilidades de personaje), lo que nos permite amoldar nuestra jugabilidad a gusto, ya que cada miembro tendrá un estilo de combate distinto y, dentro de esa variedad, podrás personalizarlo. En algunas ocasiones contaremos con un cambio de jugabilidad que puede pillarnos desprevenidos, cambiando el Action RPG por un minijuego de estrategia en tiempo real, lo que añade una pequeña vuelta de tuerca a la variedad del juego.
Desgraciadamente, no es oro todo lo que reluce. Si bien tiene algunas ideas bastante bien aplicadas (por ejemplo, algunas veces al terminar un combate te propondrá volver a enfrentarte a los mismos enemigos con mayor nivel), he encontrado algunas que directamente podría catalogar como fallos de diseño (unos “monstruos notorios” vagando a sus anchas por el mapa que, de no aparecer siempre a nivel 99 y destruir salvajemente a tu equipo sin darte oportunidad a defenderte, hubieran aprovechado un reto interesante) o simplemente resultan molestas a primera vista (que nada más empezar el juego te ofrezcan misiones secundarias que te superan al menos en veinte niveles y no están diseñadas para tu primera partida).
También incluye un modo multijugador que, de hecho, apoyan y animan a usar con todas las energías que te puede mostrar el juego (¡gracias por eliminarlo de la versión HD, Square!) y un menú para rejugar todas las misiones en diversos niveles de dificultad por si queremos aumentar nuestros recursos, obtener experiencia o, simplemente, desbloquear equipamiento adicional.
En el apartado técnico podemos afirmar sin equivocarnos que se trata de uno de los títulos más potentes de la difunta portátil de Sony, superando a sus hermanos menores Crisis Core o Birth by Sleep. No obstante, y en mi humilde opinión, le falla un poco la inspiración artística. Algunos temas musicales serán memorables, pero la mayoría simplemente acaba siendo adecuada. Las ciudades se limitan a tres tipos de estética y no tienen un ápice de carisma o algo que las distinga (por suerte, no ocurre lo mismo con muchos de los lugares donde realizar misiones) y los personajes, si bien está justificado, acaban pareciendo una masa homogénea de uniformes rojinegros.
Aún así, no te darás cuenta del tiempo que pasas jugando, porque querrás siempre un poco más para alcanzar las nuevas misiones o las mazmorras ocultas que requerirán que des lo mejor de ti como jugador (aunque la última de todas puede terminar hartándote si te hastían las hordas casi interminables de enemigos). Si eres un complecionista, este juego te puede absorber durante horas y horas.
Por tanto, no puedo hacer otra cosa que aplaudir el juego en general y luego apuntar a las collejas ya mencionadas. Un producto más que sólido y que puede enorgullecerse de llevar el título Final Fantasy después de todos los altibajos de la franquicia.